Contigo Pan y Cebolla eBook

This eBook from the Gutenberg Project consists of approximately 123 pages of information about Contigo Pan y Cebolla.

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DONA MATILDE, BRUNO Y DESPUES DON EDUARDO

BRUNO. ?Esta usted sola? (Entreabriendo la puerta)

DONA MATILDE.  Si, ?que hay?

BRUNO. ?Que hay?... lo de siempre ... que el Sr.  D. Eduardo esta ya ahi con ganas de parleta, y que yo, como me han hecho ustedes, velis nolis, su corre ve y dile, me adelanto a reconocer el campo.

DONA MATILDE. ?Donde le dejas?

BRUNO.  En el descanso de la escalera.

DONA MATILDE.  Que suba ... y tu, oye.

BRUNO.  Suba usted caballerito ... y yo oigo.

DONA MATILDE.  Es necesario que te pongas en el cancel de esa puerta (A Bruno) y que nos avises de cualquier ruido que adviertas en el cuarto de papa, no sea que salga y nos sorprenda.

DON EDUARDO. ?Que tenemos, Matilde mia?

DONA MATILDE.  Nada bueno, Eduardo; papa me acaba de asegurar que jamas me dara su consentimiento.

DON EDUARDO. iSera posible!

DONA MATILDE.  Y tanto como lo es ... me ha dicho tambien mil horrores de usted....

DON EDUARDO. iDe mi!

DONA MATILDE.  En primer lugar, y segun costumbre, que era usted pobre.

DON EDUARDO.  Pero usted le habra respondido, segun costumbre....

DONA MATILDE.  Lo bastante para indicarle que esto es la mayor perfeccion que usted tiene a mis ojos.

DON EDUARDO.  Muchas gracias.

DONA MATILDE.  En seguida se ha ensangrentado con la familia de usted ... con su persona ... vamos, le aborrece a usted con sus cinco sentidos ... iya ve usted si es injusticia!

DON EDUARDO. ?Y ya ve usted si me lo parecera a mi?

DONA MATILDE.  Asi confieso que ya no me queda esperanza alguna.

DON EDUARDO.  Ni a mi tampoco ... verdad es que nunca la tuve ... de ahi que no me haya dormido, y que si usted quiere....

DONA MATILDE.  Expliquese usted.

DON EDUARDO.  Sepa usted que si bien es cierto que he gastado hasta el ultimo real que poseia, tambien lo es que ya tengo todo listo para nuestro casamiento ... dispensa, cura, testigos, cuarto en que vivir, un poco alto sin duda ... como que esta en un quinto piso ... pero en buena calle ... en la calle del Desengano ... en fin, nada falta ... sino que usted se decida ... y dentro de media hora....

DONA MATILDE. iDe media hora!

DON EDUARDO.  Nos sobra aun tiempo, porque ni usted necesita mas de diez minutos para prepararse, ni yo mas de veinte para dar mis ultimas ordenes, volver a esta calle, aprovechar el primer momento en que no pase gente, avisar a usted de ello con tres palmadas, recibirla cuando baje y conducirla en dos brincos a la iglesia, cuya puerta, por fortuna, tenemos casi enfrente de esa reja.

DONA MATILDE.  No decia yo eso, sino que tanta precipitacion ... estas cosas, Eduardo, necesitan siempre pensarse algo.

DON EDUARDO. iAl reves Matilde! estas cosas, si se piensan algo no se hacen nunca ... porque ... ya ve usted ... a cada paso ocurren nuevas dificultades.  Se trasluce entretanto el proyecto ... se suscitan persecuciones ... hay encierros a pan y agua en calabozos subterraneos, hay vapuleo no pocas veces ... y si desgraciadamente hubiera esto para nosotros, no se yo luego como nos habiamos de casar.

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