Contigo Pan y Cebolla eBook

This eBook from the Gutenberg Project consists of approximately 123 pages of information about Contigo Pan y Cebolla.

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DON EDUARDO.  En justo pago de las cometas que nos han hecho, o de las munecas que nos han arrullado.  Y este me parece ademas muy buen sujeto.

DONA MATILDE. iOh, muy bueno!... iSi viera usted la ley que nos tiene ... y lo que le queremos todos! iPobre Bruno!  Cuando estuvo el invierno pasado tan malo, ni un instante me separe yo de la cabecera de su cama.

DON EDUARDO.  Con que gusto oigo a usted eso, iMatilde mia!

DONA MATILDE.  Nada tiene de particular; sin embargo, una cosa es que sus vejeces me desesperen tal cual vez, y otra cosa es que.... iAy Dios, y que temblor me ha dado!

DON EDUARDO. ?Esta usted sin almorzar?

DONA MATILDE.  Por supuesto.

DON EDUARDO.  Entonces es algun frio que ha cogido el estomago, y....

DONA MATILDE.  Entonces tambien temblaria usted, porque es bien seguro que tampoco habra usted tomado nada.

DON EDUARDO.  Si, por cierto; he tomado, segun mi costumbre, una jicara de chocolate, con sus correspondientes bollos y pan de Mallorca.

DONA MATILDE. iChocolate y pan de Mallorca en un dia como este!

DON EDUARDO. ?Es requisito acaso el pedir la novia en ayunas?  (Sonriendose)

DONA MATILDE.  No; ciertamente que no ... con todo hay ocasiones en que uno debe estar tan absorbido, que necesariamente olvida cosas tan vulgares como el almorzar y el comer.  A lo menos yo hablo por mi, y puedo asegurar a usted que ni siquiera ha pasado esta manana por mi cabeza el que habia cacao en Caracas. iAy, Eduardo, esta usted demasiado tranquilo!

DON EDUARDO.  No veo el por que habia yo de estar fuera de mi cuando me lisonjeo con la esperanza de que su padre de usted, que es intimo amigo de mi tio, me concedera esa linda mano, en cuya posesion se cifra toda mi felicidad.

DONA MATILDE. ?Y si se la niega a usted?

DON EDUARDO.  Si usted hubiera permitido alguna vez que la informara de mi posicion, de mi familia, como en varias ocasiones lo he intentado en balde, comprenderia usted ahora si tengo o no motivo para no temer el exito de mi negociacion; pero nunca me ha dejado usted hablar en esta materia, no se por que, y asi....

DONA MATILDE.  Porque ni entonces quise, ni ahora quiero oir hablar de intereses ni parentescos.  Eso queda bueno cuando se trata de esos monstruosos enlaces que se ven por ahi, en donde todo se ajusta como libra de peras, y en donde se quiere averiguar antes si habra luego que comer, o si habra con que educar los hijos que vendran, o que quiza no vendran. ?Y yo habia de pensar en eso?  No, Eduardo, no; yo le quiero a usted, mas que a mi vida, pero solo por usted, creame usted, por usted solo.

DON EDUARDO. iMatilde mia!

ESCENA IV

BRUNO Y DICHOS

BRUNO. iVaya que estaba su papa de usted como un tronco de dormido!

DONA MATILDE. ?Y que ha respondido?

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